Primero el escenario de San Siro en Milán y después de eso Wembley en Londres. Muse y 54 camiones en el tour estuvieron el viernes 11 y sábado 12 de Junio en el Stade de France. Este trío Inglés, formado a mitad de los 90′s en el pequeño pueblo de Teignmouth (Devon) por Matthew Bellamy (vocales, guitarra, teclados), Dominic Howard (batería) y Christopher Wolstenholme (bajo), se han vuelto uno de los fenómenos del circo del rock.
En víspera a su primero concierto, el cantante y el baterista del grupo con lirísmo desmesurado, quienes vendieron 20 millones de álbums (incluyendo 500,00o copias vendidas en Francia con su último trabajo, The Resistance) nos recibieron aquel dia, en el backstage del Stade de France.
Qué es lo primero que te importa?
Matthew Bellamy: Mi prioridad es el primer concierto. Siempre nos ha gustado más estar el escenario que en el estudio, donde es difícil capturar la misma espontaneidad, la misma honestidad.
Dominic Howard: Ésta era nuestra primera obsesión, tocar lo más posible a tanta gente fuera posible. Este es el caso de Francia. No llegamos en territorio ya conquistado, con los bolsillos llenos de éxitos. Tocamos en donde fuera, empezando en lugares pequeños. Nuestro éxito creció gradualmente. Incluso, durante uno de nuestros primeros conciertos en París, en New Morning, no podíamos creer que la gente en el local se quedara a acampar en la calle. No teníamos ni idea de cómo sería tocar un día en el Stade de France.
Desde su primer álbum, sentían que su música aspiraba para ser tocada en estadios?
M. B. : Los grupos constantemente claman por preferir la intimidad, yo prefiero el escenario. Muchas de mis ideas musicales quedan mejor en grandes y pequeños lugares. Esto probablemente viene de mi interés en la música clásica y compositores buscando por grandes efectos.
Tuviste educación clásica?
M. B. : Descubrí la música clásica cerca de los 16-17 años, pero tuvo una gran influencia en mí, especialmente el final del periodo Romántico – Chopin, Tchaikovsky, Rachmaninov, Berlioz… Me gustaba esta dimensión dramática, esta rimbombancia, su habilidad de transmitir una amplia variedad de emociones. Me tomó dos o tres álbums el que pudiera incorporar este tipo de ideas musicales en el grupo.
No tienes miedo de darle una imagen pomposa a tu música?
M. B. : (Risas) Creo que no es suficiente. El peligro para los artistas es que está muy cerca el arte para su personalidad. Estaría muy incómodo no poder tocar con una guitarra acústica, podría sentirme muy expuesto. Prefiero la música que crea su propio universo.
Pareces abogar por el regreso a la intensidad emocional que marcó el principio de los 90′s con Buckley, Nirvana o Radiohead?
M. B. : Nos atrae esto, mientras tratamos de introducir algo ligero. Nuestra música tiene emociones profundas así como sentido del humor. Al inicio, nos enfocábanos en la expresión de la ansiedad personal. Después expandimos nuestros temas, como hablar de ciencia ficción. Esto fue mano a mano en la exploración de un amplio espectro musical.
El término “rock de estadio” les es a menudo una connotación despectiva?
D. H. : Una banda como U2 ha restaurado una dimensión positiva. Nos hicieron entender que los conciertos de este tamaño tienen un compromiso de excelencia en términos de decoración, luces, escenario. Tratamos de seguir su camino. Un nivel de emoción generado por el público otorga sensaciones inusuales.
Con el tiempo y la fama, han logrado perservar su relación?
M. B. : Pasamos por muchos altibajos. Mientras grabábamos el último álbum, en particular, experimentamos muchos momentos difíciles.
D. H. : Vivimos muy dispersos. Pero gracias a las giras y las grabaciones pasamos mucho tiempo juntos y tenemos muchos planes para el futuro. Incluso después de enriquecer la música de nuestros teclados o arreglos sinfónicos, el corazón de Muse es el poder y el trío dinámico de guitarra, bajo y batería.
Entrevista realizada por Stéphane Davet
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