Reseña Muse @ Palacio de los Deportes Madrid: "Muse regresa al escenario de la resistencia con un mensaje esperanzador"



Cuando en 2009 Muse rodó en el Palacio de los Deportes de Madrid el videoclip de "Resistance", desconocían que la ciudad se convertiría tiempo después en auténtico epicentro de la insurgencia ciudadana. Tres años después, los profetas han traído a este escenario un mensaje de supervivencia en loor de multitudes.

A Madrid han llegado después de su multitudinario recital en el estadio Vicente Calderón de 2010 para ofrecer un concierto exclusivo en España, con todas las entradas agotadas para disfrutar de cerca de dos horas de rock progresivo y grandilocuente con puntilla heavy.
Con un estilo menos oscuro influido por su disco "The 2nd Law", el trío ha regresado al Palacio con un mensaje de confianza en la pervivencia y evolución del ser humano frente al desgaste al que están abocados los recursos energéticos, máxima de ese sexto trabajo de estudio recién estrenado.
Su título hace referencia a la segunda ley de la termodinámica, un principio físico con demostración empírica y razones emotivas por lo visto entre los 18.000 asistentes de hoy, el aforo completo y a reventar entrando en fricción con cortes nuevos como "Madness" y "Survival" y alcanzando el punto de combustión con éxitos como "Plug in baby", "Time is running out" y "Uprising".
El público, que ha hecho cola desde varias horas antes del concierto, pedían a gritos una vez dentro el inicio del mismo, que ha arrancado casi puntual con el instrumental "The 2nd Law: Unsustainable", con esos ecos cataclísmicos tan de su gusto.
Apabullante el despliegue técnico, con una batería atronadora entre cifras de descalabros bursátiles y decenas de fogonazos simultáneos bajo el poderío musical de los gurús Matthew Bellamy (voz y guitarra), Dominic Howard (percusión) y Christopher Wolstenholme (bajo), apoyados por Morgan Nichols en los teclados.
Otro nueve cortes nuevos han sonado hoy. Por ejemplo "Supremacy", el segundo tema de la noche, que arranca denso y sinfónico como un hit de "El fantasma de la ópera" y se rompe a la mitad con el grito lacerante y metalero de Bellamy, impecable.
Con la adrenalina al cien por cien, era el momento óptimo para soltar el primer gran clásico, "Hysteria", con el público literalmente arracimado, brazos en movimiento y pulmones hiperventilados de emoción.
El decorado, espacial y acorde con sus sempiternos propósitos metafísicos, descubre entonces su gran atractivo, una pirámide invertida recubierta de pantallas que baja por bloques al ritmo de "Super massive" y queda suspendida sobre los artistas.
"¡Buenas noches!", han saludado en español antes de entonar "Resistance", cuyo videoclip inmortalizó este emblemático espacio musical y deportivo de los madrileños, el pueblo del 15-M, que ha recibido con visible euforia su catártico "crescendo".
Han llegado después más temas nuevos: el funk rock de "Panic Station"; "Animals", que preconiza el final de unos poderes económicos devorados por su ambición; y la emotiva "Explorers", con Bellamy a las teclas de un bello y extravagante piano de tapa transparente que para sí quisiera Lady Gaga.
El estado de reposo y trance espiritual, perpetuado con "Falling down", se ha roto con "Time is running out", una cuenta atrás que ha explotado como un tsunami de brincos y puños en alto al ritmo de los golpes de Howard y el chorro desbocado de Bellamy.
En "Liquid state", Wolstenholme asume el protagonismo vocal para narrar su lucha contra el alcoholismo, justo antes de que suenen los arreglos dubstep de "Madness", que crece y se desboca con cada escucha, como "Follow me", el tema de reminiscencias a U2 que Bellamy dedicó a Bingham, su hijo con la actriz Kate Hudson.
Más influencias, Depecho Mode en "Undisclosed desires", otro clásico recibido con júbilo, pero menos que "Plug in baby" y "New Born", el último gran éxito antes de los bises.
Éstos han estallado alimentados por el explosivo estoicismo de "Uprising" y la épica galopante y arrebatadora de "Knights of Cydonia" (con ese estribillo "Tú y yo debemos luchar para sobrevivir"), la romántica "Starlight" y, finalmente, "Survival", himno de los recientes Juegos Olímpicos de Londres y expresión máxima de la confianza en un ser humano mejor.

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